Raimon Obiols
Me gustó leer en la prensa, en noviembre de 2007, que el pintor Josep Soler Monjalés exponía en su ciudad, Valencia, en la galería “Rosalía Sender”, después de cuarenta años de ausencia. Desde hacía muchos años no sabía nada de él. En la crónica que llegó a mis manos, del diario El País, Monjalés contaba que en el año 1967 tuvo que exilarse porque un tribunal franquista había pedido para el pintor, en rebeldía, una pena de 14 años de cárcel. "Fue una odisea", recordaba: "fui a Barcelona en un coche, me alojé en casa de Raimon (el cantante), cambié de casa porque pensábamos que nos vigilaba la policía, viajé a la Seu d'Urgell y, de ahí, hasta Andorra, en el maletero del coche de Raimon Obiols hasta que, el 15 de agosto de 1967, llegué a Francia".
Recuerdo bien aquella peripecia del verano de 1967. Recogimos a Monjalés en casa del cantante Raimon Pelejero, en Barcelona, donde se había refugiado, y lo escondimos en un domicilio que nos pareció más seguro: el de Carme Mestre y Andreu García de la Riva, también valenciano. Creo recordar que Monjalés había escapado por los pelos de las garras de la policía franquista después de un enfrentamiento con unos fachas, en una manifestación del Primero de Mayo en Valencia. Me contaron que a uno de ellos, que era hijo del gobernador civil, Monjalés lo hizo aterrizar en vuelo planeado dentro de un escaparate. Se no é vero…
En todo caso, lo que se le caía encima a Monjalés era grave y aconsejaba el exilio. Le ayudamos a pasar la frontera acurrucado –supongo que no muy cómodamente– en el maletero de un coche y en Andorra se hizo cargo de él Jordi Costa, ex guerrillero del POUM y militante socialista, que vivía exilado en el sur de Francia, en Perpiñán.
No debía suponer Monjalés en aquellos momentos que su exilio duraría tantos años. El periodista que lo entrevistó en Valencia en noviembre del 2007 concluía que “40 años después de aquella aventura, Monjalés es un hombre feliz”. Espero que lo siga siendo y que continúe trabajando muchos años.
Raimon Obiols
Eurodiputado